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No es una cuestión de dinero; se trata de la hipocresía de Estados Unidos

Publicado: 2019-07-29


Estados Unidos paga a diversas empresas privadas aproximadamente $775 por día para detener a miles de menores en campos de concentración.Estos altos costos muestran que las políticas de inmigración ¨tolerancia cero¨ nunca han tenido problema de presupuesto, sino más bien han sido sobre crueldad y deshumanización del gobierno estadounidense hacia a las personas que se han acercado a su frontera pidiendo asilo y refugio.

La historia se sigue repitiendo

Las políticas actuales son un reflejo de la fundación de Estados Unidos. Desde su llegada, los europeos (españoles, portugueses, franceses, holandeses e ingleses) en 1492 en adelante  invadieron y expropiaron sistemáticamente las tierras de los nativos americanos, cometiendo así un genocidio continental.

América se había convertido para los más puritanos cristianos ingleses y los más bárbaros católicos españoles en su tierra prometida. La división del continente fue primero a sangre y cañón, para lograr la expropiación, luego por acuerdos, ventas o intereses para expandir sus territorios.

Los colonizadores ingleses se establecieron en Jamestown, Virginia en 1619, lugar donde decidieron establecerse estratégicamente para expandirse. Asesinaron a los pobladores y, viéndose luego en la necesidad de que se trabaje las grandes extensiones de tierra que habían ¨ganado¨, decidieron esclavizar africanos trasportándolos hasta América. Bajo cadenas y golpes, específicamente en Estados Unidos doce millones de africanos y su descendencia les trabajaron gratis durante 300 años.

Estas atrocidades establecieron la línea base, de cómo primero la colonia inglesa y luego la republica de Estados Unidos dentro de sus 50 estados, se relacionarían con sus vecinos. La ideología de superioridad blanca no era nueva, fue gestado tiempo atrás en Europa y exportada a América a gran escala y afinada bajo un contexto donde el grupo superior eran los europeos que tenían el poder, hacia los grupos venidos de África que eran ¨negros¨, a los nativos americanos que eran llamados ¨rojos¨ y los nuevos seres creados en su mayoría por la violación europea, el mestizo que seria luego llamado “marrón”.

Luego de más de 500 años de extracción de los recursos naturales, la explotación de la tierra, la opresión de miles de nativos americanos, así como sus descendientes, vemos los estragos de una migración forzada de miles de personas de Guatemala, El Salvador, Honduras, México dejando sus hogares y familias para establecerse en el norte del continente. Ésta es una reacción a tanta opresión, injusticia y corrupción creada por Estados Unidos en sus países. Miles de salvadoreños, guatemaltecos y hondureños toman la difícil decisión de cruzar la frontera y, cuando lo hacen, son separados de sus hijos menores que son luego puestos en jaulas en condiciones inhumanas, bajo el pretexto de cumplir la ley y el orden establecido por el gobierno de turno, Donald Trump.

El miércoles 3 de Julio, la Dr. Goza, de la Academia Americana de Pediatría, recibió tres dibujos de niños y niñas detenidos en centros de detención en Texas. Si bien los niños no siempre son capaces de expresar sus inquietudes de manera oral, es bien sabido que, a través del dibujo, los niños y niñas pueden expresar mejor sus pensamientos y realidades vividas. En este caso, el dibujo reflejaba el trauma y el abuso que experimentan bajo la custodia del gobierno estadounidense.

Pero esto no es nuevo, los reportes de abusos y condiciones inhumanas en la frontera son noticia diaria y hasta ahora la única respuesta que se ha dado fue la aprobación por parte del Congreso, de un presupuesto de $4.6 mil millones adicionales para financiar la seguridad fronteriza y los campos de concentración en la frontera sur. La pregunta que salta es: ¿tiene sentido seguir financiando a empresas privadas que tiene acusaciones tan graves como violación y trato inhumano? La financiación es una muestra clara que no es cuestión de dinero, es rechazo al vecino, al prójimo, al inmigrante.

Hipocresía en las políticas migratorias

No importa las cientos de hojas que reportan el sufrimiento de miles niños y niñas encerrados, abusados sexualmente y viviendo hacinados en jaulas, el dinero fluye a diario para mantener estas atrocidades. Aquí el problema no es el dinero que se gasta para aterrorizar sino es mantener en rigor la supremacía blanca. Estados Unidos no tiene ninguna intención de reunificar a las familias o apoyar económicamente a los gobiernos empobrecidos de Honduras, El Salvador y Guatemala. Todo lo contrario, Trump canceló hace unos meses toda ayuda para esos países, cortando programas valiosos de ayuda a los mas necesitados. Si conocemos que las madres, los padres y los niños huyen de la violencia política, el hambre, y los impactos del cambio climático ¿por qué cancelar la ayuda humanitaria? Nuevamente la respuesta de Estados Unidos es la detención, separación y trata inhumano.

Como parte de mi labor de teóloga y activista en los últimos dos años, he participado en varias reuniones con líderes religiosos ecuménicos y evangélicos donde la discusión a menudo se centra en - ¨está bien abrir la frontera o mantenerla cerrada a tanto criminal que llega del sur¨. Las condiciones inhumanas en las que son tratados a los niños y niñas inmigrantes no son punto de discusión. Por lo que repetidamente he preguntado: “¿crees que, si estos niños y niñas fueran blancos, descendientes de europeos, serían tratados de la misma manera? Todos, sin excepción, me dijeron que no, que “no pasaría ni un día y esto tendría arreglo¨. 

Decidí hacer una encuesta informal en las redes sociales. Más del 80% de los más de 240 encuestados afirmaron que si las niñas y los niños en la frontera sur fueran descendientes de blancos europeos, no serían retenidos en estas condiciones inhumanas. La respuesta era honesta, el racismo gobierna este país.

Mientras tanto, a medida que pasan los días, las empresas de ¨seguridad fronteriza¨ continúan beneficiándose de contratos millonarios para ejecutar las órdenes del gobierno. Todo esto revela que el país no tiene ningún interés en afirmar la humanidad de los demás y es demasiado fácil seguir la ideología de la supremacía blanca sin importar el costo. Sea el año 1492 o 2019 se sigue teniendo la misma orden, que es eliminar a todos los que no sean parte del grupo de poder.

Solo hay una palabra para lo que Estados Unidos, paradójicamente conocido en el mundo como la gran democracia y defensora de derechos humanos, está haciendo con las personas que llegan hasta su frontera en busca de refugio: hipocresía.


Escrito por

Yenny Delgado

Psicóloga, teóloga, activista y analista político.


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